Historia de Vida... Amor

¿CÓMO SE FORMA EL AMOR EN PAREJA?

(Especial agradecimiento y dedicado a Katia por haber colaborado con mi investigación, accediendo a contarme parte de la historia de su vida MUCHAS GRACIAS).

Maripositas en el estómago es una de sus causas, latidos más acelerados, y deseos imperantes por ser agradable a cierta persona, son características que envuelven al amor en las relaciones sentimentales. Lo anteriormente descrito puede no resulta un patrón de “efectos” que únicamente varíen en intensidad, más bien pueden o no experimentarse.

Amor, su definición estará determinada por las vivencias y el contexto social en el que se desenvuelve la persona, al menos para Katia Rivera, Licenciada en Comunicación, de 31 años, y profesora en dos universidades en el estado de Oaxaca, las cosas resultaron así.

PRÍNCIPES SIN MODALES.

En la primaria, comenzó a sentir atracción por Pepe un “niño güerito” cuenta ella, que le parecía estaba cercano a los príncipes de las películas de Walt Disney, en donde las niñas comienzan a crearse un ideal del género masculino, pero como ella indica “no te dicen cómo se deben ellos comportar con las niñas”, y eso resultaba ser confuso, puesto que no sabes si lo que los niños hacen esta bien o está mal. Lo que más recuerda de Pepe es “lo güerito”, característica física que debieron reunir los chicos que en lo posterior le atraerían.

Pero a pesar de existir el estereotipo de príncipe, el cual cubría Pepe, las cosas no eran ideales, porque “Pepe resultó ser un niño que le pegaba a las niñas y era irrespetuoso” dice Katia que aun mantiene la clara imagen del primer niño que le gustó. Entonces ahí se generaba la confusión, porque en la película no se describían el comportamiento de aquel príncipe, a pesar de ello Katia sabía que aquella forma no era la correcta, porque no le parecía agradable.

Entonces, dice Katia “para mí el amor era sólo una ilusión, me ilusionaba ver a Pepe, pero sólo verlo, porque nunca me atreví a acercarme a él, además trataba de ser reservada en todos los aspectos de mi vida”. Entonces el tiempo pasó, hasta que apareció “otro niño”, puesto que el nombre no fue mencionado.

Katia pertenecía un grupo de chicas “populares” como ella lo describe, también señaló “éramos populares porque la líder lo era, entonces nosotras pasamos a ser las amigas de la líder famosa y conocida, que llamaba la atención”. A pesar de ello apareció el “otro niño”, que estaba interesado en ella, y que hasta le propuso matrimonio, “un día caminaba con una amiga y con el amigo de el otro niño, veníamos jugando y el amigo le preguntó a mi amiga ¿te quieres casar conmigo?, ella por supuesto respondió que ¡no!, y aquel niño que se interesaba por mí hizo lo mismo, él me gustaba y deseaba decirle que sí pero el grupo de amigas lo hubiesen visto como algo que iba en contra de nuestra amistad”.

Los chicos y el amor continuaba siendo una ilusión, entonces otra ilusión llamada Luis apareció en el camino, “Luis me parecía muy guapo, vivía y tenía una tienda cerca de la casa de mis primas, entonces, hacía todo lo posible por toparme con él, hasta dentro de la escuela”, pero las cosas no resultaron, ya que surgió entonces un triángulo amoroso, “Yo estaba ilusionada con Luis y el amigo de Luis de mí entonces, Luis intercedió por el amigo y sólo para complacerlo, decidí ser novia del amigo, sólo por un día porque al siguiente día después de acompañarme a mi casa supe que él ya no me consideraba más su pareja”.

NO DECEPCIONARÉ A MAMÁ.

La madre de Katia fue un elemento importante en la manera de vivir las relaciones amorosas, “ella siempre nos dijo que lo primordial era la escuela, y después de que mi hermana y yo termináramos de estudiar podríamos ser libres y  tener novio”.

La secundaria llegó y con ello nuevas confusiones sobre todo de las responsabilidades que implicaba tener novio, para Katia resultaba todo un misterio, y sobretodo le causa temor y reservas para atreverse a vivir una relación amorosa. “en ese momento nada estaba claro, porque algunas de mis compañeras ya eran mamás, y ellas decían que era porque algo había en los baños que las había embarazado” la falta de información sobre reproducción humana, agrandaba la confusión y el temor en Katia, quien hasta evitaba ir al baño con tal de no resultar embarazada.

Entonces para ella el vivir un noviazgo era sinónimo de ser mamá, algo que por supuesto Katia no deseaba experimentar, aunado a ello estaba la limitante de su madre, y Katia no deseaba ir en contra de las reglas familiares.

La madre de Katia se había casado muy joven y, porque la habían obligado, todas esas situaciones marcaron la vida de su madre, a causa del dolor que le causó esta etapa de su vida, la señora no deseaba que a sus hijas les pasara lo mismo, de ahí el consejo de estudiar antes de pensar en novios.

DESEO DE REBELDÍA.

Katia ya no deseaba seguir cumpliendo con las reglas estipuladas en su entorno, lo que causó que reprobara una materia mientras estudiaba en el Colegio de Bachilleres, para ella esta era la etapa de asumir las consecuencias de vivir una relación amorosa.

El grupo de amigas siguió siendo un factor repetitivo en su forma de comportamiento, pero no fue algo que la impulsara a hablarle al “Oso” (llamado así por que las amigas de Katia decían que ella evitara hacer el oso frente al chico) que era su nueva ilusión, “el amor seguía siendo una ilusión, en donde idealizas a la persona, pero te llega a decepcionar cuando te das cuenta que está alejado de lo que habías imaginado”. Nuevamente ella comenzó a hacer cosas para llamar la atención  y complacer en cierta forma al “oso”.

El complacerlo implicaba realizar actividades del gusto de él, pero esto también tenía otro trasfondo, conocer realmente que había atrás del “oso”, saber si lo que ella hacía valdría la pena. “yo comencé a asistir a grupos religiosos, a los que él frecuentaba, pero aquello no me llenaba, no teníamos los mismos intereses, y decidí acabar con aquello que estaba lejos de lo que yo creía que era el amor, esto es, que no tenía porque hacer cosas que no me gustaban para poder gustarle a una persona”.

Al final de la etapa Katia se encontró con más tropiezos de los que se imaginaba, por lo cual convino dejar de lado al amor, y concentrarse en algo que ocupase su tiempo, el estudio.

TROPIEZOS, PASIÓN, REENCUENTRO Y UN DESENLACE AMOROSO.

Educación especial fue la carrera que llamó la atención de Katia, pero esta implica el tener que separase de su familia, cosa que no le agradó del todo, a pesar de ello se embarcó en la aventura de estudiar en Tlaxcala. La distancia ejerció una fuerte presión en su vida, “no pude estar sola ahí, además la carrera no me gustó y que me regreso a Oaxaca”.

Licenciatura en Comunicación era la carrera que eligió, y seguía siendo el estudio lo que la llenaría, la universidad Mesoamericana, fue la institución a la que ingresó, ahí las cosas no fueron muy diferente de las etapas anteriores, “seguía siendo reservada, y el amor no me interesaba, según yo, porque la realidad fue otra, y después de la decepción de la carrera (sobre todo hacia los padres), la verdad si me pesaba no tener novio y me hacía cuestionarme ¿Por qué yo no y otras chicas si tiene novio?”.

Aquella etapa fue de las más difíciles de superar en la vida de Katia, a pesar que haber visto en el estudio la forma de llenar los vacíos de su vida, nada parecía llenar los huecos que en ella existían. Fue momento de tomar una decisión importante pero efectiva, “sabía que no podría resolver las cosas sola, sobre todo por que llegué a sentir los deseos de deshacerme de mi, y acudí a terapia”. Esto ayudó a superar el trago amargo; aquello se dio poco a poco, pero cada vez los deseos negativos desaparecieron.

Katia señala “la psicóloga me dijo que los hombres se acercarían a mi, que yo no debía hacer nada para llamar su atención”, cosa que llevó a cabo al pie de la letra. “un chico comenzó a interesarse en mi, pensé que la psicóloga tenía razón, pero yo sentía inseguridad, y cuando por fin me decidí a conocerlo, él se alejó y decidí olvidar todo”.

Giovanni, era compañero de Katia, era un chico participativo en las clases, lo cual mas que atraer la atención de ella, le asustaba, pues se sentía ignorante a su lado, “sabía que si me acercaba a él, no iba a encontrar tema de conversación y quedaría mal ante él”.

Una amistad surgió entre ellos, las personas cercanas los creían novios a pasar de no serlo. La etapa universitaria concluyó y con ello la relación amistosa de Giovanni y Katia; hasta el día de la fiesta de una amiga y compañera de ambos, “ahí nos volvimos a ver, recuerdo que estaba de moda la canción de Perfecta, que canta Miranda! Y Julieta Venegas, en un momento inesperado Giovanni me besó, pero se creó desconcierto en mi, porque las copas me habían hecho efecto hasta en la memoria y no sabia quien había sido el chico que me había besado”. A raíz de la confusión, y la posterior indagación resultó se Giovanni el chico del beso.

Una relación “secreta” como la denominó Katia, surgió entre Giovanni y ella, pero aquello seguía las reglas que él había establecido de forma sutil, para Katia aquello no estaba siendo satisfactorio, a pesar de estar juntos, (sólo los fines de semana y por tres horas) por dos años, Katia lo describe así “aquella etapa fue sólo pasional, y yo quería tener un novio que me llevara a casa y conociera a mis padres, por ello terminé la relación, después de inventarle que estaba embarazada y él me confirmó que no me amaba”.

La separación fue realmente dolorosa para ella que estaba enamorada, pero sabía que esa no era la forma en que quería vivir una relación. Otro factor que ejercía presión sobre ella era que su hermana menor se casó, “me sentí triste, yo dije ya fui, me tengo que olvidar del matrimonio”.

Parecía que el destino había marcado el futuro de ambos, porque en cierto trabajo le pidieron referencias de sus actividades laborales anteriores. Ella había trabajado en la empresa de Giovanni y de él precisamente requería referencias, “lo volví a ver y el sentimiento seguía intacto”.

Entonces un ultimátum o acuerdo se creó entorno a la pareja, volverían a intentarlo, pero ahora Katia puso las reglas del juego, y era un juego que se debía formalizar para llevarse a cabo, “él puso el periodo de tiempo… un año, un año de relación, que debía concluir con un matrimonio, fue sorprendente, él cambió mucho y se hizo cargo casi en su totalidad de la boda y cuando me di cuenta, ya estaba casada”.

En cierto momento la presión social de no tener novio, fue difícil de superar, pero no imposible. Para Katia el entorno y sus lazos amistosos y familiares fueron formando la forma de vivir el amor.

Actualmente está casa y concluye diciendo “El amor para mi es: primero amarse a uno mismo para poder amar a otra persona, si tú no te amas no sabes como amar a otra persona, porque tú te das cuenta si la otra persona no te ama porque algo en ti no está bien, la clave de que sepas que las cosas están funcionan es que tú estés bien. Primero satisfacerse a ti mismo para satisfacer a la otra persona”.